Mariposas

Dicen que cuando aparecen las mariposas, traen mala suerte. También he escuchado sobre Mauricio Babilonia, el hombre parido por la imaginación de García Márquez, que atraía mariposas amarillas. O lo seguían, no lo recuerdo bien.

Yo, por supuesto, no puedo afirmar ninguna de las anteriores. Yo no sé que es una mariposa. Tampoco he podido leer ese libro, por que no lo he buscado.
Mi madre dice que cuando era pequeña, siempre me encontraba hablando con mariposas. Ella, siguiendo la tradicional entrada en pánico, me tomaba en brazos y corría hacia otro lado. Normalmente a encerrarnos dentro de la casa hasta asegurarse de que las mariposas ya no estuvieran. Hasta el día de hoy, no recuerdo haber estado hablando con mariposas, es casi imposible por que solo recuerdo que un niño me hablaba. Y él llegaba hasta mi. Y me hablaba de… ¿de qué me hablaba? No recuerdo eso. Pero recuerdo que su voz era como la mía, era de alguien no mayor de seis años. Me daba la mano, eso sí lo recuerdo. Y se callaba cuando mamá venía.

Hoy en día, esos recuerdos vuelven a mí cuando voy a encontrarme con él. Por alguna razón me trae a la mente a ese niño que conocí por unos instantes y luego mi madre lo espantó o yo qué sé. Pero él me contó sobre las mariposas.

-La gente de estos tiempos creen que las mariposas son de mala suerte-
-¿Y tú qué crees?-
-Yo creo que las mariposas son lindas. Son buenas compañeras-
-¿Cómo son?-
-¡Uy! Son bellas como el calor en invierno, frágiles como pétalo de buganvilia, y tiernas como durazno en temporada. Además huelen bien-
-Tú hueles bien-
-Jaja gracias, gracias. Pero el tema son las mariposas. ¿Tú qué crees sobre ellas?-
-Yo creo que si son tan hermosas, no deberían traer mala suerte-
-¡A que sí!-

En la banca del parque frente a la iglesia se encuentra sentada la ciega. Hablando como si alguien la escuchara. Todos tratan de no pasar cerca de ella. Todos la hacen a un lado en todo. Porque cuando viene al parque, las mariposas llegan.